El Ser Humano: Un Ser Narrador
- Fredy Pinzon
- 4 sept
- 3 Min. de lectura

Desde el inicio de la historia, antes de los libros y las ciudades, el ser humano ya era narrador. Alrededor del fuego, compartíamos relatos que explicaban el mundo, daban sentido a la vida y nos mantenían unidos como comunidad. Narrar es parte de nuestra esencia, nuestra naturaleza.
No solo contamos historias: somos historias, las historias que nos contamos sobre nosotros mismos. Cada recuerdo, cada sueño, cada creencia, cada palabra que nos repetimos en silencio se convierte en el guion de nuestra existencia.
El poder de narrar la vida
La mente humana no es un simple procesador de información. Es una fábrica de narrativas.
Con la memoria y el conocimiento, guarda los capítulos del pasado.
Con las creencias y el ego, filtramos lo que percibimos y definimos nuestras acciones en el presente.
Con la imaginación, bosqueja futuros posibles.
Todas estas construcciones de nuestra mente se entretejen en las historias que construimos, sobre las cuales navegamos nuestra realidad. De esta manera, el narrador interno nos guía, nos inspira y, muchas veces, nos limita.
Porque todo lo que creemos sobre quiénes somos y qué podemos lograr está tejido con palabras.
Historias que construyen o destruyen
Nuestra fábrica de narrativas tiene un propósito, darle sentido y coherencia a lo que pensamos, sentimos y hacemos.
Esta búsqueda de coherencia es una necesidad básica del ser humano, sin coherencia no podríamos estar seguros de que nuestras ideas y nuestra percepción son correctas, y a su vez, esta certeza sobre nuestra percepción nos permite estar seguros que nuestras decisiones nos mantendrán a salvo.
Cada historia que creamos nos permite navegar nuestras ideas, incluso las más contradictorias con simpleza y suavidad, como una danza entre lo que percibimos, pensamos y sentimos. Sin embargo, es importante resaltar que estas historias NO son neutras.
Algunas nos llenan de fuerza: “Soy capaz”, “Puedo lograrlo”.
Otras nos hunden en el miedo: “No puedo”, “No merezco”.
Cada persona vive dentro de su propio relato. Cuando no tomamos las riendas de ese narrador, terminamos habitando una historia que primero, no elegimos, y segundo, te puede hacer daño. Y eso nos vuelve prisioneros de narraciones heredadas, inconscientes, automáticas.
El ser narrador
En The Manifesto creemos que narrar no es solo una función más de la mente: es el don humano por excelencia.
Es el poder de crear significado en cada cosa, inclusive en el detalle más simple.
Es la capacidad de unirnos a otros a través de palabras que nos conectan.
Es la llave para transformar nuestra vida: lo que nos decimos se convierte en lo que vivimos. Interceptar cada historia y reconstruirla nos permite ver un nuevo mundo y redefinir nuestras capacidades.
Pero nos olvidamos que vivimos entre nuestras historias, y más aún, que tenemos el poder de dominarlas. Por eso te invitamos a recuperar el dominio del narrador. Porque la diferencia entre vivir limitado o vivir pleno está en la calidad de las historias que nos contamos.
El desafío del ser narrador
Narrar es una característica básica de nosotros, es humano, lo estás haciendo ahora mismo mientras lees y lo seguirás haciendo el resto del día, pero lo que hará la diferencia es aprender a narrar con conciencia.
Ser autores de nuestra propia historia.
Contar relatos que eleven en lugar de encadenarte.
Usar la palabra como un poder creador, no como un juez implacable.
El ser narrador es parte de ti, pero ademas es un vehículo a tu realización y a tu plenitud. Cuando este vehículo está guiado por la conciencia, se convierte en una herramienta de transformación, tanto personal como colectiva.
El ser narrador en pocas palabras
El ser humano es, ante todo, un ser narrador.
Vive en historias, se transforma con palabras, crea mundos con relatos.
Hay un gran poder en las narraciones que elegimos habitar.
En The Manifesto creemos que recuperar el arte de narrar con conciencia es el camino para elevar nuestra vida y cambiar el mundo.
“No somos lo que nos pasa, somos la historia que elegimos contar sobre lo que nos pasa.”





